San Basilio de Palenque
San Basilio de Palenque es un corregimiento ubicado a unos 60Km. al sureste de Cartagena, en el departamento de Bolívar. Sus cerca de 3500 habitantes son poseedores de un importante legado cultural que con mucho esfuerzo han logrado conservar. El 2 de noviembre de 2004 el Ministerio de Cultura de Colombia declaró el espacio cultural del Palenque de San Basilio como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional. Poco después, el 25 de noviembre de 2005 la Unesco proclamó el Espacio Cultural de San Basilio de Palenque como Obra Maestra del Patrimonio Oral a Inmaterial de la Humanidad. Estos reconocimientos han permitido, por un lado, hacer visible la cultura palenquera a los ojos de Colombia y del mundo, por otro, es el resultado de los esfuerzos de la comunidad por forjar su identidad. La historia de este esfuerzo, es la historia de las incansables luchas que los palenqueros han librado en aras de ser reconocidos como una cultura diferente y única.
El espacio cultural de San Basilio de Palenque
La palabra "palenque" hace referencia a las empalizadas levantadas por los esclavos negros fugitivos, durante la época colonial, para refugiarse de sus perseguidores. El de San Basilio, es un palenque fundado en el siglo XVII por un grupo de cimarrones que, bajo el comando de Domingo Biohó, también conocido como Benkos Biohó, huyeron para recuperar su libertad. Las hazañas de este insigne personaje le representaron posteriormente a San Basilio de Palenque el reconocimiento de su autonomía como pueblo de afrodescendientes por decreto de la Corona Española, convirtiéndolo así en el primer pueblo libre de América.
De los muchos palenques que se erigieron durante aquellas épocas, sólo el de San Basilio sobrevivió hasta nuestros días. Junto con la leyenda de Benkos Biohó, la tradición ha mantenido vigentes relatos y prácticas que se han incorporado con el tiempo al imaginario palenquero y que se manifiestan en el diario vivir de sus gentes. Las raíces africanas se complementan con elementos cristianos que le dan a las tradiciones palenqueras un carácter sincrético. Es así como se cuenta la historia de San Basilio, cuya efigie estaba siendo transportada desde el pueblo de San Agustín de Playa Blanca, pero a la entrada del palenque ésta se quedó atorada en el barro y no hubo manera de desenterrarla. Para los cimarrones se trató de un presagio, razón por la cual decidieron incluir el nombre de San Basilio, su santo patrono, en el de Palenque.
El `Bullerengue sentado", el "Son del Negro" y el "Son palenquero de Sexteto" son expresiones musicales en las que se reflejan las raíces africanas junto con la apropiación de elementos foráneos que se han insertado en los ritmos a lo largo del tiempo. El Son palenquero de Sexteto, por ejemplo, en su forma actual es el resultado de la mezcla de elementos propios con ritmos traídos por cubanos que llegaron a principios del siglo XX a trabajar en las plantaciones de azúcar cercanas a Palenque. La música acompaña todos los eventos importantes de Palenque, pero también los hombres se entonan mientras trabajan en el monte, al igual que las mujeres mientras lavan la ropa en el arroyo, recreando así, día a día, los cantos propios de la cultura palenquera.
Los orígenes africanos también se rememoran en el lumbalú, ceremonia fúnebre en la que se convoca a la comunidad mediante el toque del tambor pechiche. Después del pregón, los palenqueros acompañan al difunto durante nueve días y nueve noches con cantos, bailes y lamentos que siguen la cadencia del tambor yamaró. El lumbalú se presenta como un ritual de excepcional valor para la identidad palenquera, pues refuerza el sentido de comunidad al propiciar los espacios de integración de las redes familiares y de los grupos de edad conocidos como kuagro. Los kuagro hacen parte fundamental de la organización dentro de la comunidad. Se trata de grupos de individuos de la misma edad conformados desde la infancia y que generalmente están ligados a un sector residencial determinado. La pertenencia a un kuagro implica una serie de derechos y deberes que se manifiestan tanto en las actividades de la vida cotidiana como en situaciones extraordinarias.
Los mitos y leyendas que giran alrededor de los rituales en San Basilio de Palenque, son referente de la importancia de la tradición oral. Mitos como el de Catalina Loango de Angola, que fue seducida por un pez, o el de la Mojana, mujer diminuta con los pies al revés, organizan el mundo y le dan forma a las prácticas sociales. A los niños, por ejemplo, para evitar que se los lleve la Mojana, se les amarra un cordón en el cuello y la cintura con siete nudos y se rezan siete Padrenuestros. De igual manera, los rezos y las promesas son el canal a través del cual se transmiten los saberes de medicina tradicional asociados a la cosmovisión palenquera. Relatos como el de que la leche de chiva negra sirve para curar enfermedades estomacales a oraciones como la de Santa Elena para tener éxito en el amor, permiten que estos saberes se sigan transmitiendo de generación en generación.
La tradición oral se encuentra estrechamente ligada a la lengua palenquera. Se trata de la única lengua criolla de las Américas que combina la base léxica del español con características morfo sintácticas de lenguas bantúes. Se trata de un particular creole que ha sido tildado de "español mal hablado" y que sólo recientemente ha sido valorado por su riqueza cultural.
La comunidad y la salvaguardia de lo que es ser palenquero
Si bien la candidatura del espacio cultural de San Basilio de Palenque ante la Unesco es un proceso que se inicia en el 2003, el papel de la comunidad en la salvaguardia de su patrimonio cultural es un proyecto que se viene gestando desde mucho tiempo atrás. Cuando en 1993 un delegado de la Unesco visitó el corregimiento, ya era evidente que el modelo de educación que tenían era digno de mención. El delegado manifestó a un periódico local que se trataba de un modelo ejemplar para el mundo; la comunidad vio una oportunidad de desarrollo y se trazó como meta lograr un reconocimiento a nivel internacional.
El Programa de Etnoeducación en Palenque surge en la década de 1980 como una iniciativa de la comunidad que buscaba impedir que se perdieran los elementos fundamentales de la cultura palenquera, y también como un intento de releer la historia de Palenque desde un punto de vista autóctono. En este sentido, era importante orientar el contenido de la educación hacia una meta propia: la recuperación y el fortalecimiento del sentido de pertenencia a través de la lengua, la historia y la memoria de San Basilio de Palenque. Este modelo educativo es una interesante propuesta pedagógica basada en un ideal de pertinencia social y cultural. El modelo, por tanto, no se restringe al contexto escolar, sino que procura proyectarse a otros ámbitos, especialmente al familiar, de modo que se convierta en una herramienta importante para fortalecer la identidad y reafirmar el significado de lo que es ser palenquero.
Si bien muchos investigadores habían pasado por Palenque, los resultados de sus estudios pocas veces fueron dados a conocer a la comunidad. Por esta razón, algunos jóvenes que tuvieron la oportunidad de estudiar en las universidades del país, vieron la necesidad de apoyar los procesos culturales que se gestaban desde el corregimiento. De hecho, la candidatura ante la Unesco se inició gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes palenqueros conscientes de la importancia de reconocer y fortalecer sus tradiciones.
A partir de esta iniciativa se congrega la comunidad con el objetivo de definir el conjunto de manifestaciones que le son propias y de identificar los riesgos y amenazas a los que éstas se enfrentan. Los palenqueros se organizan entonces en mesas de trabajo y sugieren medidas a corto, mediano y largo plazo para la salvaguardia y sostenibilidad de sus manifestaciones culturales. Con el acompañarniento del Ministerio de Cultura y del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), la comunidad elabora el Plan Decenal de Salvaguardia, en el que se contemplan 3 líneas de acción: lengua y tradición oral; ritual y medicina tradicional; y música a identidad. Líneas de acción que se consolidan a través de catorce proyectos que buscan generar espacios de revalorización de la cultura, como la producción de una gramática palenquera que sirva de material pedagógico, la creación de centros de médicos tradicionales y la capacitación en gestión y administración artística a miembros de los grupos de música tradicional palenquera.
La declaratoria del Espacio Cultural de San Basilio de Palenque como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional y la proclamación como Obra Maestra del Patrimonio Oral a Inmaterial de la Humanidad, representa para los palenqueros tanto un logro como un reto. La participación constante y activa de la comunidad es el motor fundamental para no dejar caer en el olvido las tradiciones y las formas de pensar y de sentir de San Basilio de Palenque.
FUENTES:
Los primeros esclavos libres de América
Hernando Salazar
San Basilio de Palenque, Colombia
miércoles, 7 de octubre de 2009
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